coronavirus
El miedo a la soledad que puede ser para algunos durante este distanciamiento social, no es el lujo de quienes viven con sus agresores sexuales.
Cada acción individual no es una acción aislada, para bien o para mal, tiene consecuencias para los demás, porque todo está conectado en nuestra Casa común.
Hoy tenemos el tiempo y el espacio para arreglar todo aquello que no está como debería en lo más interno de nuestro hogar.
Que la contemplación te lleve a voltear hacia atrás y despiertes a este gran aprendizaje de vida, en donde seamos una bella red de amor en este grandioso camino llamado vida.
Hagamos de este aislamiento de cuerpos una comunión de corazones.
“Es muy cómodo para un cura limitarse a dar —no celebrar— misas online.”
La pandemia no es un castigo divino. No es la manifestación de la ira de un Dios descontento con la humanidad. Pero sí es el momento en el que los pueblos y las personas tenemos que decidir qué camino tomar.
Gran número de datos que no son claros y provocan la existencia de versiones diferentes alrededor de un mismo problema.
La prevención no se reduce al cumplimiento de un oficio, sino que se adhiere a los principios objetivos que rigen la conducta humana.