Jesús también fue un niño migrante, refugiado y exiliado, debido a la violencia de su época.
La migración de la niñez es un fenómeno social que va en incremento dadas las condiciones de inseguridad, falta de oportunidades y la búsqueda de una vida mejor para ellos y sus familias. Las niñas y niños migrantes deben tomar el camino de la huida porque sus lugares de origen no son más un espacio seguro para ellos.
Los migrantes en esta situación de vulnerabilidad no sólo viven los riesgos de salir de su hogar y quedar expuesto a la intemperie de los climas, los riesgos del camino y la naturaleza silvestre, sino también, quedan expuestos a ser víctimas de trata, explotación laboral, robo, secuestro, abuso de todo tipo, violación ente muchos otros.
Desde CEPROME Latinoamérica buscamos contribuir al fortalecimiento de los espacios, evidenciar las necesidades y riesgos de protección de los menores y construir espacios interinstitucionales que acompañen, formen y protejan a la niñez en movilidad. Tenemos como objetivo construir un espacio de aprendizaje, reflexión e investigación sobre esta delicada realidad infantil, así como en sus necesidades de protección, en coordinación con diferentes organismos y espacios eclesiales.
Nuestra labor
Articular espacios de diálogo
creando redes en donde se abordan líneas de trabajo y protección de la niñez en movilidad.
Formar espacios
que fortalezcan el conocimiento sobre esta realidad y que aporten estrategias y herramientas para la atención de esta población en los espacios eclesiales.
Construir aprendizajes
en base a la experiencia de actores en materia de migración, a través del intercambio de experiencias, de la construcción de alianzas clave y las buenas prácticas.
Generar un manual de buenas prácticas
en el trabajo en la atención a la niñez en movilidad, que garantice la disminución de los riesgos de la movilidad y brinde un acompañamiento adecuado en caso de abuso.